¿Por qué creés que CQC sigue tan vigente?
Creo que tiene que ver con una forma de contar las noticias o los acontecimientos de la semana con un punto de vista con el cual el televidente puede identificarse fácilmente en una era en la que la representación, en todo sentido, entró en crisis hace rato. Y la prueba es que no sólo funciona en la Argentina, sino también en otros países, es un fenómeno mundial.
¿Creés que tus dos compañeros seguirán estando bajo la lupa de las críticas? Para vos: ¿superaron la prueba?
Yo no creo que haya habido ninguna prueba por parte del equipo del programa. Creo que en el momento en que se tomó la decisión de que Ernestina y Gonzalo sean los que se iban a sentar en la mesa, estuvo claro que estaba tomada con absoluto convencimiento. Lo de la prueba puede haber sido del lado del televidente o de la crítica. Yo creo que de existir alguna prueba pasaba por el cambio de imagen; la pregunta era: un formato que ha tenido el mismo conductor durante tantos años, ¿puede resistir un cambio tan fuerte? Y finalmente lo resistió y la prueba fue muy bien superada.
¿Sos de analizar el rating, la competencia, la franja horaria, etc?
Sí, me fijo, pero no me va la vida en eso y tampoco tengo una fórmula personal para medir más. Pero no es mi trabajo el planteo estratégico del programa para hacerlo más rendidor en términos de audiencia, pero me fijo porque el trabajo de todos nosotros depende en buena medida de esto
¿Compartís la idea de que el año pasado el programa estuvo más ligado al espectáculo?
Yo creo que las notas políticas estaban, a veces más, a veces menos. Un poco por audiencia, tal vez estaban saliendo más al final y esto tenía que ver con hacerle frente a una competencia que fue muy dura, porque competimos mano a mano contra Showmatch. Así que tal vez fue una estrategia para tratar de mantener un poco a la audiencia con nosotros.
(television.com.ar)